ROCKEFELLER: JUAN MANUEL SANTOS NUEVO INTEGRANTE DE LA FUNDACIÓN ROCKEFELLER
Así el Nobel de Paz colombiano fue recibido de esta manera: “Con esta nueva elección, Santos será el único miembro latinoamericano de la Junta de la Fundación Rockefeller".
Dedicará sus
esfuerzos a promover planes y gestionar en forma estratégica los recursos
necesarios para ayudar a los países de la región a combatir los problemas de
salud, inseguridad alimentaria, pobreza y falta de oportunidades económicas.
La Fundación Rockefeller fue fundada en 1913
y es una de las organizaciones filantrópicas más prestigiosas del mundo. Pero
para otros se trata de una sociedad secreta y perversa formada por los más
poderosos, cuyo fin es dominar el planeta. Quienes se inclinan por la segunda
versión consideran que es demasiado sospechoso que desde hace más de cinco
décadas y anualmente, estos personajes se den cita a puerta cerrada sin que los
medios más reconocidos informen sobre el evento.
"Es como si los 'paparazzi' supieran que
las más destacadas celebridades van a coincidir bajo un mismo techo y no
aprovecharan la oportunidad de mostrar las fotos", explicó el periodista y
ex espía ruso Daniel Estulin; sus 13 años de investigaciones siguiendo los
pasos de "la élite de los todopoderosos" le han servido tanto para
que su obra sea de las más vendidas de no ficción en España y Argentina y una
de las más esperadas en el mundo, como para hacer una disección del grupo,
gracias a sus contactos con agentes de cuerpos de inteligencia como la KGB y
fuentes que pertenecen a la organización "que se han infiltrado a
propósito para destruirla", cuenta.
De esta manera elaboró su conclusión:
"Se trata de un gobierno en la sombra que controla los más importantes
organismos internacionales y que busca establecer el 'Nuevo Orden Mundial', es
decir, una soberanía supranacional de la elite, en un mundo sin países, sólo
regiones, con un solo ejército, una sola moneda y una sola religión, donde los
ciudadanos serán esclavos". Agrega que para lograr este sometimiento el
propósito es desindustrializar los países. Asegura que sus miembros principales
son las dinastías Rockefeller y Rothschild, dueñas de emporios bancarios, que
todos los presidentes norteamericanos desde Eisenhower han pertenecido al clan,
así como los secretarios generales de la Otan, comisarios de la Unión Europea,
representantes del Banco Mundial y del FMI, y figuras como Henry Kissinger,
Bill y Melinda Gates, Hillary y Bill Clinton, Tony Blair, quienes se sientan
junto a miembros de la realeza europea y los dueños de los más grandes medios
de comunicación.
El grupo es presidido por Etienne Davignon,
el empresario y político más influyente de Bélgica. Aunque la existencia del
club ya es de conocimiento público, sus reuniones se manejan con la mayor
confidencialidad, una característica que sin duda ha contribuido al halo de
misterio que lo rodea. Según el autor, aunque asisten representantes de
periódicos como The New York Times y The Washington Post, no revelan detalles,
pues están comprometidos a ello. Martin Wolf, consejero editorial del Financial
Times y quien supuestamente habría sido invitado a estas reuniones, se niega a
hablar sobre el tema.
Se sabe que el grupo Bilderberg fue fundado
por Denis Healey, líder del partido laborista británico; Joseph Retinger, uno
de los creadores de la Liga Europea de cooperación Económica, además de David
Rockefeller y el príncipe Bernardo de Holanda, padre de la reina Beatriz, quien
habría organizado el primer encuentro en mayo de1954 en el Hotel Bilderberg, en
la localidad holandesa de Oosterbeckl. Estulin explica que actualmente los
invitados sólo conocen el lugar de la cita tres o cuatro días antes de que se
lleve a cabo. Los cerca de 130 participantes, (de los cuales máximo 80 son asistentes
habituales, y el resto, "especialistas en un tema de interés para los
planes del grupo, quienes no conocen sus verdaderas intenciones") se
hospedan por un fin de semana en un hotel sólo para ellos, custodiado por
agentes de la CIA, del MI6 británico y del Mossad israelí, que con antelación
han evaluado las habitaciones y el personal de servicio:
"El empleado que despierte la mínima sospecha se va
a casa". El valor de estos "festivales globalizadores" es de
unos 10 millones de euros. "Tanto dinero para sólo discutir, ya de por sí
es sospechoso", concluye el periodista.
De acuerdo con su investigación, el afán de
los "bilderbergers" es crear un gobierno único a cargo de la ONU. Y
es que la idea de llevar a cabo estos planes se habría gestado mucho antes de
la primera reunión. "El presidente Roosevelt sabía que el ataque de Pearl
Harbor ocurriría, pero no lo evitó porque Estados Unidos necesitaba una razón
para entrar a la Segunda Guerra Mundial porque sólo una guerra podría ser el
pretexto para crear las Naciones Unidas", comenta.
De hecho, asegura que otra de las jugadas
maestras de los poderosos fue quitar a Margaret Thatcher de su cargo como
primera ministra británica porque se oponía a entregar la soberanía de
Inglaterra al supraestado europeo diseñado por el club. Su propio Partido
Conservador fue el encargado de 'destronarla' a favor de John Major. El autor
argumenta que el Watergate fue un montaje de los Bilderberg para quitarle la
presidencia a Nixon y dársela a Gerald Ford quien, después de posesionarse,
firmó la política exterior del "bilderberger" Kissinger. Estulin
afirma que la revelación, en junio de este año, de que Mark Felt, ex
funcionario del FBI, era la legendaria fuente 'Garganta Profunda', también
habría sido un montaje.
El libro dice que los
"bilderbergers" deciden qué guerras hay que llevar a cabo, así como
la de Las Malvinas entre Argentina y el Reino Unido. El motivo habría sido que
el país suramericano estaba vendiendo energía nuclear a México, lo que le
reportaría muchas ganancias. Según Estulin, el desarrollo de una fuente de
energía como la fusión nuclear no les interesa, ya que echaría por la borda el
argumento de los "recursos naturales limitados" y sería clave para
sacar a los países del Tercer Mundo de la pobreza. Estos se independizarían
gradualmente de Estados Unidos, ya que no necesitarían ayuda externa y tendrían
mayor independencia.
También habrían acordado la guerra de Kosovo:
el plan fue destruir la antigua Yugoslavia para utilizar esta provincia
autónoma de Serbia como punto de entrada de heroína y opio a Europa. "De
esta manera, el grupo puede tener el control de un negocio que al año, se
estima, mueve 700.000 millones de dólares". Algo parecido habría ocurrido
en el caso del Sha de Irán. Lo habrían quitado del camino porque él restringía
el comercio británico de opio iraní, "pero desde que subió al poder el
ayatolá Jomeini, aumentó el consumo".
Por si fuera poco, Estulin afirma que el
cerebro del plan del 11 de septiembre habría sido Dick Cheney, vicepresidente
de Estados Unidos. "Todo se debe al control del petróleo. Necesitaban una
razón para llevar a cabo la invasión a Afganistán y la guerra de Irak. Descubrí
que para la reunión del club de 2002 los líderes europeos exigieron la
presencia de Donald Rumsfeld, secretario de defensa norteamericano, para que aplazara
la guerra hasta febrero o marzo de 2003. Si yo, por mucho que disponga de
contactos, supe la fecha, ¿cómo es posible que los peces gordos de los medios
de comunicación que acudieron a la reunión no la supieran?", escribe
Estulin.
Revela además que fue en la conferencia de
1991 donde Bill Clinton, entonces un virtual desconocido gobernador de
Arkansas, fue ungido como futuro presidente. Pero lo más aterrador es que el
autor cuenta que el club habría estado involucrado en el asesinato del primer
ministro italiano Aldo Moro porque planeaba estabilizar el país a través del
pleno empleo, y en la ejecución del presidente de Pakistán Ali Bhutto, por su
propósito de desarrollar armas nucleares. Ambas propuestas iban en contravía de
la política Bilderberg de desindustrializar el mundo para bajar el nivel de
vida de sus habitantes. También habrían jugado un papel en el magnicidio de
John F. Kennedy: "Él quería devolver la moneda norteamericana al poder
ejecutivo y evitar que la reserva federal, es decir, un banco privado
controlado por los bilderbergers, siguiera imprimiendo el dinero".
Ante este tipo de acusaciones, Denis Healey
respondió en una ocasión: "No somos una sociedad secreta, sino privada.
Decir que luchamos por un mundo con un único gobierno es exagerado. Sin
embargo, los bilderbergers creemos que una única comunidad es mejor a seguir
peleándonos por siempre, matándonos los unos a los otros y dejando a personas
sin hogar".
Estulin cuenta que, por su parte, David
Rockefeller ha desvirtuado sus teorías tildándolo de conspirador. Pero
precisamente para él la táctica más eficaz del club es hacer parecer
inverosímiles las actividades que llevan a cabo. Es como dice una conocida
frase: "La mejor estrategia del diablo consiste en hacer creer que no
existe".
Ahora la pregunta sería, ¿cómo influye esta
postulación de Santos en la Fundación Rockefeller? ¿Qué papel juega Colombia en
los planes de esta sociedad?, teniendo en cuenta que la finalidad de esta
sociedad es acabar con la identidad de los países y proponer la creación de
bloques económicos para luego unirlos.
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