RECONOCIMIENTO FACIAL: UNA REVOLUCIÓN PELIGROSA

Puede sonar a una teoría conspirativa, o quizás esto nos permita entender como ha sido el proceso de la Élite para llegar a este momento. Durante años nos han estado preparando para la llegada de la Inteligencia artificial y les brindamos fácilmente nuestros registros faciales para su amplia base de datos. 



Las redes sociales al día de hoy, usan un software que es capaz de reconocer el rostro de una persona, lo que nos permite etiquetar de manera inmediata a diferentes personas en una misma foto. Dicho algoritmo es capaz de procesar solo la información presente en una imagen en escala de grises para determinar si es una cara, proceso que completa escaneando las diferentes partes con las que cuenta un rostro. De esta forma determina contrastes en zonas específicas como nariz, frente o mandíbula para establecer velozmente y con un 99.9% de acierto que se trata de un rostro.

Se ha dado a conocer que la oficina de investigación del FBI creó de forma silenciosa una base de datos que alimenta un poderoso sistema de reconocimiento facial masivo, algo que significa un nuevo ataque a la privacidad. La Oficina de Responsabilidad del Gobierno (GAO), ha publicado un nuevo informe donde da a conocer que el FBI está violando las garantías individuales, libertades civiles y privacidad de los ciudadanos de su país y de varias regiones del mundo, esto al no informar el uso indebido de más de 411 millones de fotografías donde se incluyen permisos de conducir, extranjeros que solicitan visas, crimínales sentenciados, así como ciudadanos bajo un juicio activo.

Este sistema de reconocimiento facial arrancó operaciones en abril de 2015 después de tres años de prueba piloto, el cual tenía como objetivo almacenar los rostros de todos los criminales de Estados Unidos, para así crear una herramienta que permitiera ayudar en investigaciones futuras, reconociendo los rostros de presuntos delincuentes capturados en vídeo.

Actualmente con la implementación de la Inteligencia Artificial tendrán un control total de no solo nuestros rostros, si no también información confidencial que suministramos en las diferentes redes. 

Según un estudio realizado en 2018 por el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología, los sistemas de reconocimiento facial de hoy en día son 99.7 por ciento precisos siempre y cuando se respeten las condiciones de iluminación. Sin embargo, el reconocimiento facial puede ir mucho más lejos. Ya en otros lugares del mundo esta tecnología es mucho más invasiva y personal de lo que se piensa. En China, por ejemplo, la policía la utiliza para vigilar a la población en las calles de Beijing y Shanghai.

Las tecnologías emergentes son capaces de reconocer a los seres humanos y rastrear la ubicación de personas detectando sus latidos cardíacos, su forma de andar e incluso las huellas microbianas dejadas por las células de la piel o el sudor. Pero la tecnología emergente presenta medios alternativos para identificar y rastrear a los seres humanos más allá del reconocimiento facial. Estos métodos, también impulsados por la inteligencia artificial, detectan la presencia de seres humanos utilizando dispositivos que van desde láseres hasta redes WiFi.

La amplia gama de datos biométricos que la tecnología puede registrar dificulta la regulación. Mientras tanto, algunas de las nuevas tecnologías de vigilancia ya están siendo adoptadas por potencias militares como Estados Unidos y China.

El punto crucial que diferencia el reconocimiento facial de cualquier otro dato privado, es que es el único que supone una pérdida de privacidad en el mundo real. Con el reconocimiento facial todo cambia. Ahora pueden identificarte en el mundo real sin tu permiso, y sin que te enteres. Basta una foto furtiva en la calle para saber quién eres, donde estás, y lo que haces. Es una información que puede deducir una inteligencia artificial, sin intervención humana. Si ese reconocimiento facial se asocia a los datos privados espiados en la Red, las barreras entre el mundo real y el online se habrán diluido. Ya no estamos a salvo fuera de Internet.

El reconocimiento facial ya está aquí, pero no existen medidas para ponerle límites. El Gran Hermano nos observa, y lo más grave es que somos nosotros los que voluntariamente aceptamos este tipo de espionaje en nuestros smartphones y redes sociales.

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Comentarios

  1. Yo creo que esto. Es la forma de que nos estaran marcando (marca de la bestia) mas bien identificado... es como leer a marcar por láser nuestra cara... El reconocimiento facial opera en numeros la red también... tendras que tener un numero para leer tu cara o quien sabe quizas marcarte sin que te des cuenta.

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