LA HISTORIA SE ACELERA DEBIDO AL COVID-19
Tras las medidas implementadas en los gobiernos mundiales por la crisis sanitaria que se vive a raíz de la pandemia del coronavirus, muchos procesos se han tenido que acelerar.
El primer tema del que podemos hablar es
la vacuna contra la COVID-19, debido al requerimiento de contener y mitigar el
virus. Por esa razón se debe saltar algunas etapas de prueba para hacerla
posible, al igual de la cantidad de recursos que se destinan e invierten para
esta investigación. Otro caso puntual es la tecnología para la vigilancia
individual de síntomas de la enfermedad que empezó a utilizarse en países
autoritarios, como China-, pero cuyo uso se está extendiendo a algunas
democracias.
Tras declaraciones Richard Haas, presidente del Council of Foreign Relations, uno de los centros de estudio más
importantes de Estados Unidos, lo que se está acelerando es la Historia misma.
Sostiene que "significa que hay momentos de tanta tensión y concentración
de fuerzas que la historia sencillamente se acelera. Lo que el mundo está
viviendo debido al COVID-19 es obviamente terrible y extraordinario". Expone
que lo que se vivía antes de la pandemia, tal como las tendencias, va a tomar
más velocidad, "se volverá pronunciada y dominante", sin necesidad de
que la historia cambie su curso.
Afirma lo siguiente: “Lo que el mundo
está viviendo debido al Covid-19 es obviamente terrible y extraordinario. Mi
argumento es que, a pesar de todo esto, no necesariamente va a ser un punto de
inflexión en relaciones internacionales, porque muchas de las tendencias ya
existían antes de que el virus nos impactara. Entonces lo que creo que va a
pasar es que las tendencias que existen van a tomar más velocidad y volverse
más pronunciadas y dominantes. La historia no va cambiar su curso sino que se
va a acelerar”.
Para Haass, Estados Unidos desde la
administración de Obama y mucho más en la de Trump, se ha retirado de su
tradicional rol de de liderazgo en el mundo, ese puesto poco a poco lo ha
venido ocupando Medio Oriente. Además, se ha retirado de varios acuerdos
internacionales, le falta de cercanía con
aliados internacionales e interés en cómo se gobierna el mundo. Además,
no está de acuerdo con de la decisión del presidente Trump de detener la
financiación para la Organización Mundial de la Salud.
"La situación será más como con la
Primera Guerra: Estados Unidos tiene muy poco apetito para asumir liderazgo
internacional. Muchos de sus recursos se destinaran para consumo interno. Entonces
las cosas se pueden ir la deriva. Tal vez haya una recesión prolongada o incluso
una depresión económica", asegura el experto. Aunque tenemos claro que la
relación entre los dos países más poderosos e importantes del siglo XXI ya
venía deteriorándose, es probable que sea aún más como consecuencia del
COVID-19 cuando EE.UU. y otros países culpen a China por lo que ha pasado.
“Después del fin de la Guerra Fría se
fortaleció la democracia alrededor del mundo, sin embargo, ese proceso empezó a
retrasarse hace 15 años, por lo tanto, es posible que muchos gobiernos usen
esta crisis para fortalecer su poder, debilitar a la sociedad civil y el
sistema de 'checks and balances' (pesos y contrapesos) como una forma de
ejercer el control de la democracia, así se podrá volver más frágil”. “Las
demandas por ayuda económica y seguridad a causa de la crisis que se vive, le
suman un nuevo grado de estrés a los sistemas políticos que obtiene todo tipo
de reacciones. En cuanto a los países no democráticos, como Rusia o China,
posiblemente se vuelvan más autoritarios. Se vió en China con el encubrimiento
inicial de lo que estaba sucediendo. No se sabía lo que ocurría allí en
diciembre, y la posibilidad de conocer la verdad se ha reducido por los
esfuerzos de ese Gobierno” indica Haass.
Igualmente, el
experto plantea que el proyecto europeo estaba quedándose sin vapor, "lo
vimos con el Brexit y con la falta de consenso dentro de Europa sobre el
futuro.Con esta crisis se observa la verdadera división entre Europa del norte
y del sur. Además de los retos internos en lugares como Italia, que debilitará
a algunos países en su voluntad de ser parte de la Unión Europea. También se
observó con la poca voluntad de compartir equipos de protección y con nuevos
límites para que la gente pueda cruzar las fronteras. Todo en contra de la
letra y el espíritu de la Unión Europea” señaló.
Además asegura que Latinoamérica empieza
con una gran ventaja: es una de las pocas partes del mundo que no está definida
por la geopolítica, contrario de Asia, Europa o el Medio Oriente. "No nos
levantamos cada día preocupados por Brasil y Argentina, o Colombia y Chile
enfrentándose en una guerra", manifiesta. Los grandes retos para América Latina son
sobre todo internos: buen Gobierno y la relación entre el sector público y el
privado, que venía de antes.
Esta crisis le está agregando un nuevo
grado de estrés a nuestro sistema político. También está agregando más demandas
del público por ayuda económica y seguridad. Y cada vez que un sistema político
sufre este tipo de presiones se obtiene todo tipo de reacciones.
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