INACTIVIDAD FÍSICA: UN PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA EN MEDIO DE LA CUARENTENA

Vivimos en un mundo lleno de comodidades (y eso es bueno), pero esos privilegios que no tuvieron nuestros ancestros, nos han condenado a un gran número de enfermedades de origen metabólico, asociados entre otras cosas a la falta de actividad física, la ingesta desmesurada de alimentos ultra procesados y el estrés cotidiano.

Se denomina como actividad física a cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de energía. Una actividad tiene muchos conceptos: nadar, correr, montar a caballo, saltar, o montar en bicicleta entre otros. En tiempos de cuarentena es un poco dispendioso realizar estas actividades, pero no es excusa para llevar una vida sedentaria; es el momento perfecto para estar en forma realizando rutinas diarias en casa.


Si nos enfocamos en la falta de actividad física, vemos que una persona promedio tiene ascensor en su edificio, por lo cual baja a su parqueadero toma su automóvil y conduce a su trabajo, al llegar a su trabajo, lo espera otro ascensor el cual lo deja máximo a 50 metros de su oficina, se sienta tras un escritorio y se levanta a buscar comida cada 2 a 3 horas en una maquina dispensadora, al finalizar la jornada laboral repite la rutina de la mañana, pero en inversa. Y he aquí la pregunta ¿qué paso con nuestra actividad física? Y muchos piensan que actividad física es ir al gimnasio, ¡y no es así! (Tal vez sea la manera más completa y más común de ejercitarnos en nuestra sociedad,  pero eso es otro tema que hablaremos en otra oportunidad).

Si ejemplarizamos una persona sedentaria con un animal como la vaca y una persona activa físicamente con un guepardo podemos darnos cuenta que mientras la vaca es herbívora y sedentaria, podemos compararla en la vida humana, con una persona que hace dieta, come ensalada, pero no realiza actividad física; mientras que el guepardo, un animal estilizado, carnívoro y no me quiero imaginar a un guepardo diciendo: ¡uyyy esta carne esta gorda, no la comeré, estoy a dieta! La diferencia que ha hecho que estos animales asuman características físicas determinantes en su función en la naturaleza a través de milenios de evolución, se llama actividad física.

Y cuando hablamos de evolución también nos referimos al ser humano; nuestros ancestros más antiguos eran nómadas, caminaban grandes distancias para cazar, consumían los recursos de un determinado lugar y  se marchaban, luego de esto se convirtieron en “sedentarios”, ¡si sedentarios!, de  ahí su significado “individuo o grupo de individuos que permanece siempre en un mismo lugar”. Ahora bien si hablamos de nuestros abuelos podemos notar que a pesar de ser “sedentarios” ellos araban la tierra, sembraban, cosechaban, cargaban sus cosechas, caminaban distancias bastante largas para llevar sus productos a los pueblos o asentamientos, entre otras actividades.



Así podemos llegar a la conclusión que en nuestra información genética está grabada con letras mayúsculas la ACTIVIDAD FÍSICA, pero hacemos todo lo contrario a esto y ligamos nuestro diario vivir a consumir píldoras para la hipertensión arterial, dislipidemia, hipoglicemia y diabetes, entre otras enfermedades ocasionadas por la vida sedentaria. Consumimos más kilocalorías de las que gastamos, consumimos alimentos ultra procesados, enriquecidos con vitaminas falsas, pigmentos falsos, conservantes  y endulzantes; toda una bomba para nuestro cuerpo, y aun así lo complementamos con un estilo de vida “sedentario”, sin una pizca de actividad física, pobre de nuestro cuerpo!
Practicar cualquier actividad física, nos genera endorfinas que nos generan bienestar mental y emocional, reducen el dolor,  nos generan “felicidad”, nos mantiene activos, mejora el metabolismo, aumenta la densidad ósea, mejora la capacidad pulmonar y  reduce el gasto cardíaco, entre muchos beneficios más para nuestro cuerpo. Después de todo no están difícil mantener una vida activa, comienza con ejercicios sencillos y pocas repeticiones, hasta que logres una rutina que complemente tu día a día.


Escrito por: Johnatan Bohórquez
Contacto: 7747112 – 319232792
Bogotá – Colombia

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