ESCEPTICISMO O REALIDAD: CRECEN DUDAS HACIA LA CIENCIA

A medida que va pasando el tiempo comprendemos más a fondo el cerebro, el universo, la Tierra, el cuerpo humano, la química de la vida, la Luna, entre otros. 

A raíz de esto cada vez más personas opinan que la Tierra es plana, que el hombre no ha pisado la Luna, que las vacunas no funcionan o que el calentamiento global es mentira. ¿Por qué? Entra en la red: descubrirás que no eres el único. Hay un montón de gente que piensa como tú.

En cierto sentido todo ese escepticismo puede ser lógico ya que la ciencia y la tecnología tienen una omnipresencia sin precedentes en nuestras vidas y para muchos de nosotros hoy nos enfrentamos a unos riesgos cuyo análisis no resulta fácil. Se nos pide que aceptemos, por ejemplo, que no hay peligro en consumir alimentos que contienen organismos genéticamente modificados (OGM), porque según los expertos no existen pruebas de lo contrario ni razones para pensar que la alteración específica de unos genes en un laboratorio sea más peligrosa que su alteración indiscriminada mediante la hibridación tradicional.

Cuando el mundo es un hervidero de peligros reales e imaginarios, no es fácil distinguir cuáles son unos y cuáles los otros. En esta época que nos ha tocado vivir cualquier tipo de conocimiento científico –desde la seguridad del fluoruro y de las vacunas hasta el hecho de que el cambio climático sea una realidad– tiene que vérselas con una oposición organizada y a menudo furibunda. Alentados por sus propias fuentes de información y sus propias interpretaciones de los trabajos de investigación, los escépticos han declarado la guerra al consenso de los expertos. Hoy hay tantas polémicas de este estilo que se diría que una mano diabólica ha puesto en el agua alguna sustancia que convierte a los ciudadanos en contestatarios. Y se habla tanto de esta tendencia –en libros, artículos y congresos académicos– que el escepticismo para con la ciencia se ha convertido en sí mismo en un meme de la cultura popular.



El método científico nos conduce a verdades que no son obvias en absoluto, a menudo son asombrosas y a veces son difíciles de aceptar. Aunque aceptemos intelectualmente estos preceptos de la ciencia, en el plano subconsciente nos aferramos a nuestras intuiciones, que los investigadores denominan creencias ingenuas. Un reciente estudio de AndrewShtulman, del Occidental College de Los Ángeles indica que, a medida que recibimos educación científica, reprimimos nuestras creencias ingenuas pero jamás llegamos a eliminarlas por completo. Siguen agazapadas en nuestro cerebro, llamándonos con cantos de sirena cuando nos proponemos comprender el mundo.

En este mundo desconcertante debemos decidir en qué creer y cómo actuar en consecuencia. Nos cuesta digerir las coincidencias, aceptar que las cosas puedan ser aleatorias; nuestro cerebro tiene hambre de patrones que tengan sentido. La ciencia nos avisa, sin embargo, que podemos auto engañarnos para tener la certeza absoluta de que existe una conexión de causa y efecto.

¿Cuál es tu teoría? ¿Existirán pruebas de teorías conspirativas que resulten ser ciertas? ¿Podemos confiar en la ciencia?

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Comentarios

  1. La ciencia y su doble filo de espada, dispuesta a en cualquier momento caer y producir muerte y destrucción o generar beneficios y posibilidades de una vida mejor, mundo cargado de dualidades sin fin. Mantener una postura defensiva y crítica, alertas en todo momento para evidenciar sus desviaciones.,Aberrantes, y Montrosidades, verdaderos, Dr. Frankesteins.

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  2. Ja yo soy terraplanista y la historia tambie a sido falseada mezclando hechos reales con cuestiones falsas

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